martes, 21 de diciembre de 2010

EL VERTIGO DE DICIEMBRE

El último mes del año nos encuentra un poco cansadas, nerviosas, angustiadas, con la presión arterial por las nubes y con ganas de que pase rapidito.

Mes de balances, mea culpa, que por momentos nos obliga a mirar hacia atrás, para evaluar si valieron la pena o no, los once meses anteriores.

Pero a pesar de estar en un estado físico-anímico casi lastimero conservamos esa hermosa costumbre de reunirnos “para despedir el año” y lo hacemos cuando la segunda quincena ya acelera el pase del mes doce.

Lo mas lindo de estas reuniones es, que como diciembre pasa veloz, no esperamos al fin de semana para festejar, cualquier día viene bárbaro, y contentos nos las ingeniamos para hacernos tiempo para no dejar de ir.

Anoche, lunes, nos reunimos en la vinoteca Rincón de Cuyo de mi amiga Ivana, luego de las 20 horas y, a local cerrado, frente a la mirada curiosa de algunos transeúntes, estábamos las 8 mujeres parloteando de todo un poco, mientras que lentamente nos íbamos relajando y sacudiendo el agobiante calor.

La picada, a la que no le faltaba nada, y una sabrosa tarta de cebolla y queso que hizo Fer (que este año cambio trabajo de escritorio, por trabajo en casa y esta incursionando en los deleites culinarios), no se hicieron esperar y largamos con todo.

Un refrescante chardonnay de la bodega Mi Terruño, fue la excusa del primer brindis, con su bellísimo color dorado y la transparencia de un cristal, refrescó nuestras gargantas luego de un día de elevada sensación térmica. Inmediatamente arrancaron los comentarios de todas, que durante el año habíamos asistido a las charlas y degustaciones, encontrando en cada sorbo sabores casi secretos, e imperceptibles, parecíamos sommeliers profesionales. Cuanto aprendimos y cuanto disfrutamos!.

Entre charla y picada seguimos birndando, era el turno de un tinto: “Angela Corado” merlot, de Cava Emilio Ferrer, tan suave que asemejaba un paño de terciopelo color granate dentro de la copa, con sus marcadas notas de frutos rojos y su destacado aroma a coco, acompañaba el bullicio de todas las presentes. Destaco que este tinto es muy apreciado por las mujeres por su delicado sabor.

Ya entrada la noche, con una calle desierta, como broche de despedida llego un ultimo brindis con con vino espumante: Eximius nature de Cava Emilio Ferrer, frutado, suavemente amargo, para no sentir culpa: sin azúcar, acompañado con un budín de arándanos, que me pareció un manjar, (de esos que describirlos es restarle sabor), hecho por Maria Marta, creadora de “Tentaciones del Parque" (http://tentacionesdelparque.blogspot.com/).

Y como siempre, todas juntas en la puerta del local a besos y abrazos, (esta vez, sin soguita que guíe nuestro retorno), risas y carcajadas (con la bendición de Baco) nos despedimos para retomar, casi sin darnos cuenta, el ritmo acelerado de un diciembre que ya quiere partir.

Un prospero año 2011 para ustedes, mis queridas amigas!


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