martes, 9 de abril de 2013

QUE TE GARUE FINITO


Esta frase es la que se podía leer entre lineas por parte de los operadores de Edesur, luego de la tormenta que el martes pasado dejo sin luz gran parte del oeste y norte de la ciudad. El 08003333787 se convirtió primero en una linea de informe por falta de suministro, mas tarde en receptor de los mas variados improperios para terminar solo en atención al posible suicida.

Mi casa,como muchas de la zona, se vio afectada con el suministro de energía eléctrica. Uno puede entender que con semejante diluvio haya algún que otro corte, mas que nada por seguridad debido a que muchas casas se convirtieron en galochas.

En mi caso, ya acostumbrada a estos menesteres, sucedió así: La Joya me despertó a las 4:45 con el famoso llamado de alerta: “gorda, llueve, está entrando agua, no hay luz,” acompañado de fuerte sacudón para reaccionar rápido.

Como es rutina, por desgracia, a medida que bajaba las escaleras, puteaba en varios idiomas y me apresuraba a recordar donde estaban mis gatitos, los baldes y el secador. Por suerte esta vez no fue tanto, a oscuras ubique a la Joya en un sillòn (para que no moleste) mientras se lamentaba de que el agua entraba a borbotones en su estudio (único ambiente alfombrado) y lleve a los gatitos a la habitacion de las chancletas. Rápidamente saque lo que pude, coloque toallones para absorber lo mas posible y comencè a sacar agua.

Para el mediodía ya todo estaba seco (menos la alfombra), pero no había luz, ni colegios, ni teléfonos, ni ningún tipo de información real sobre la situación en esta zona.
Para la tarde los llamados al 0800 EDESUR; solo decían que estaban trabajando y daban un numero de reclamo, las compras del día se redujeron a velas, fósforos y algunas pilas.
Pasamos la noche a oscuras y sin novedad.

El segundo día ya no había velas en los comercios, pude conseguir, con cotización oro, pilas para la radio, al menos así podía saber que estaba ocurriendo.
Segunda noche a oscuras y sin novedad.

El tercer día, ya bastante calentita pedí explicaciones al 0800EDESUR, ahí me di cuenta que como autómatas, los operadores tienen un speech, del cual no se mueven, y cuando uno les pregunta algo que no saben, como por ejemplo: "cuando viene la luz?" contestan con voz solemne,”esa información no se la podemos dar”, ese día comencé a descargar bronca con estos pobres infelices que cuando uno putea de mas dicen: “sra mantenga las formas”.  Ya atesoraba 10 números de reclamos.
Los celulares los cargábamos en los bares o en casa de amigos que si tenían luz, como único medio de comunicación. La chancleta chica tuvo clases. La del medio no. La mayor se fue a trabajar alumbrando su camino con una linterna.
Ese día las compras fueron dos kilos de parafina y 3 metros de mechas: pase la tarde haciendo velas.
Tercera noche a oscuras y sin novedad.

Para el cuarto día el mal humor marcaba arrugas en mi frente, pero una chispa de alegría surgió cuando en pleno centro comercial apareció de la nada un enorme grupo elecgtrógeno del tamaño de un acoplado de camión, pensé que por fin, aunque sea provisorio, tendría algo de luz, y una vocecita interior me decía: "viste no están solos y desamparados, hay gente que se ocupa de ustedes". Durante la tarde trabajaron en la caja justo donde habían puesto el esperpento electrógeno, los operarios de impecable mameluco azul subían y bajan a la caja de la vereda. La cosa no pintaba bien, solo una frase hizo estallar al barrio: “No se puede arreglar” y se fueron sin mas que hacer. A la noche en esa misma esquina nos atrincheramos detrás de fogatas y con las ya conocidas cacerolas nos hicimos escuchar, pero nadie nos escucho, solo tres móviles de la policía custodiaban el gigante estacionado a modo de carro de feria. No inspirámos miedo, respeto ni lástima.
Cuarta noche a oscuras y sin novedad.

El quinto día voy a Easy a intentar comprar linternas, velas o algún farolito de gas butano, pero todo estaba agotado o roto o faltaban las piezas, regresé con las manos vacías y mucha bronca, ya habíamos notado la presencia de “gente extraña” mirando el movimiento de las casas, aproveche y me fui a la comisaria para solicitar presencia policial en la zona, eramos cuatro o seis cuadras muy oscuras y durante todos los días anteriores no habíamos visto ni a la federal ni a la metropolitana, estábamos solos. Escucharon mi reclamo y yo el de ellos (no tenemos móviles), suplique: “aunque sea pasen cada hora, hay gente extraña en el barrio”. A la noche participe de otro cacerolazo, cortamos calles incendiamos todos los restos de podas que encontramos, y abollamos gran parte de los enceres de cocina, nadie vino, ni la policía, ni los bomberos, incluso, vecinos me contaron que llamaron a radios y canales, pero nada. Pensé que tal vez por ser de clase media somos predecibles y nos consideran inofensivos por estar en franca extinción.

Vimos pasar, a la hora un movíl pero se dirigía a otro lado, en ese mismo momento nos llegaba un mensaje de texto que decìa: “intentaron entrar a robar al lado de tu casa”, corrimos a ver que pasaba, la gente extraña, que ya habíamos visto, quiso violentar una casa, por suerte sin éxito.
Quinta noche a oscuras y sin novedad, hicimos vigilia, nadie durmió, tuvimos miedo, nos sentimos solos, desprotegidos. Somos clase media a nadie le importamos.

Sexto día hora 4:45 se prenden todas las luces, el milagro se había producido, pero la alegría solo duro una hora. Colegio para una, la otra seguía de feriado, la mayor a trabajar con linterna en mano. A las 8 regresó y hasta ahora no se corto. Volvió como se fue, sin decir nada, sin dar una explicación, sin asumir ninguna responsabilidad. Para EDESUR esto solo fue un desliz.

Somos clase media, nosotros mismos tendremos que asumir los costos de las reparaciones, tratar de recuperar la mercadería que del freezer fue a la basura, reponer los electrodomésticos que se “quemaron” con las idas y vueltas de la luz, pero también somos los que pagamos los impuestos por que sino nos cortan los servicios y no nos “colgamos de ningún cable”, los que nos bancamos los cortes y piquetes, los que tenemos que reparar nuestros vehículos por tragarnos los enormes baches de las calles, los que viajamos como ganado en el transporte publico. Somos el blanco fácil a los robos violentos y a las muertes sin sentido

Nosotros somos clase media, ya ni la policía nos considera dignos de protección.

8 comentarios:

  1. Como siempre, mas claro imposible. Pero falto el relato de las largas noches con campeonato de Burako y Canasta acompañadas por el limoncello caserito............

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    1. Solamente para ver si te puedo ganar, voy a llamar a Edesur para que se manden otro cortecito. jajaja

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  2. Genia como tu hermana! !!! Besote

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  3. Ceci...qué te puedo decir.....yo que vivo en el Chaco y también te puedo contar de horas sin luz en el verano...pero nunca estuve sin luz tantos días...aún hoy Martes 9 escucho que siguen habiendo barrios sin luz...qué desesperación!!! Como siempre excelente lo que escribís...Te mando un abrazo lleno "de luz" :P

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    1. Gracias Pipi, pero mas que un abrazo lleno de luz, no tenes un grupo electrógeno? un abrazo amiga

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  4. Que más decir a todo lo que dijiste...más claro imposible... Cariños, Julia

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  5. Gracias Julia, ya te sigo en face. Cariños

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