lunes, 9 de enero de 2012

HISTORIAS DE VERANO

Sigo en MDQ, y pienso que cambiada esta, como se convirtió en una enorme metropoli sin control, las cosas lindas se entremezclan con las feas, las luces con la oscuridad, el silencio con el bullicio, el rojo del semáforo no le importa a nadie, convirtiendo el simple hecho de cruzar una avenida en una verdadera aventura; pero es verano aquí, y se vive intensamente.

Faltaban dos días para que el 2012 arrancara, pero ya había bastante gente que adelantó sus vacaciones para no perderse la fiesta del Dakar, que fue un espectáculo impresionante.

La tarde era perfecta, excelente temperatura, poco viento y las playas de Mogotes ya estaban muy pobladas. Acompañé a las chancletas al balneario del ACA y nos ubicamos cerca de la costa, el guarda vidas en este balneario es una joven de cuerpito pequeño, bronceado envidiable y diminuto bikini, acompañada de un mini snawzer, que me hizo reflexionar: si un ballenato como yo requiere asistencia por haberse alejado de la costa haciendo la plancha, tendría la fuerza suficiente para llevarme a lugar seguro? Rápidamente esa duda fue disipada...

La marea estaba bajando, y en determinado momento su garita de observación quedo alejada de la costa, solita se fue abriendo paso entre los veraneantes, para acercar a la orilla la estructura que contiene el salva-vidas y un rollo interminable de soga color naranja chillón, en ese momento una docena de pachorrientos hombres con panza cervecera comenzaron a tomar la posición típica del mirón, o sea, algunos parados de brazos cruzados, otros despanzurrados sobre una silla payera, observando la destreza de la joven que, marcha atrás, movía la estructura.

Pero no quedó ahí la cosa, los machoides esperaban más y fueron complacidos: ya que luego le toco el turno de mover la garita (una plataforma alta de un m2) que si bien no parecía pesada, si era aparatosa. Los mirones, que para entonces ya tenían un hilo de baba en las comisuras, solo observaban libidinosamente a la joven, ninguno de ellos tuvo la caballerosidad de ayudar, o aunque sea realizar el típico amague masculino: “necesitas ayuda?”.

La guarda-vidas una vez que se ubicó en un lugar donde tenía mejor visión, acomodo su perrito, su silla y continuó con su trabajo, los gordos volvieron: algunos a su pachorra, otros a escuchar los monologos de sus mujeres mientras tomaban mate, otros al molesto tejo playero, mientras yo me dejaba llevar por la corriente, confiada, mar adentro, haciendo la plancha....


2 comentarios:

  1. Espero la continuación...disfrutá de tus vacaciones... Los días son espectaculares, cariños, Julia
    PD, cuando me decís Cetol imagino que tenés en tu casa algún producto de esa marca para ladrillos( Brikcol) cualquiera funciona, si tenés que comprar para pintar solo un plato, mejor hacelo en alguna artística que venden lacas en pequeña cantidad.

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  2. Gracias Julia, continuo de vacaciones, libreta en mano, para luego postear jaja.
    No sabia que existía una barniz para ladrillos, pero como es un trabajo chico mejor paso por la artística. Se agradece el consejo.
    Besos

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