Todo el mundo por estas latitudes tiene miedo, vemos caras y situaciones sospechosas en todas partes y a cada paso, nadie se salva de una mirada escrutadora.
Hace algunas noches mi chancleta del medio salió con amigos, fueron a cenar, como estaba agradable y la charla era interesante, mientras caminaban hacia casa, hicieron un alto en el camino sobre una de las avenidas mas pintoresca del barrio, que fue embellecida por el gobierno de la ciudad colocando en el medio un bulevar lleno de plantas y bancos, sin tener en cuenta el caos vehicular que semejante lifting le haría a la arteria, pero ese es otro tema.
Se acomodaron en dos bancos enfrentados, mientras, sin molestar a nadie charlaban y se reian. En un momento dado gran despliegue policial: tres patrulleros con sus brillantes luces azules (capaces de enceguecer a una lombriz), uno de los patrullero se detiene frente a los chicos, se bajan dos oficiales, los otros coches siguen de patrulla.
Los chicos se miraron sorprendidos y un poco preocupados.
"Buenas noches chicos, documentos".
Los chicos muestran documentos.
"Hubo un llamado de que están haciendo ruidos molestos" (oficial1)
"No oficial, estamos charlando, no molestamos a nadie, ni siquiera hacemos ruido"
"Tienen estupefacientes encima?" (oficial1) - a eso llamo yo: ir directo al grano.
No - considero poco creíble que si alguno de los chicos hubiese tenido en ese momento alguna "droga peligrosa" encima diera un paso al frente y vaciara sus bolsillos.
"Alguna otra droga?" (oficial2)
No
"Tomaron alcohol? (oficial1)
No
Y mientras el oficial 2 se acomodaba su chaleco antibalas agregó:
"Lo que pasa es que la gente ve muchas películas norteamericanas y se llenan la cabeza de ideas".
Los chicos disimularon sus risas al comentario.
Y mientras el oficial 1 asentía al comentario de su compañero, dijo:
"Últimamente nos llaman a cada rato, hasta los gatos que caminan por los techos son sospechosos".
Concluida esta confusa conversación, los uniformados saludaron y siguieron su patrullaje.
Los chicos luego de reirse un rato del dialogo desopilante, siguieron su camino.
Pasan cosas terribles en esta loca ciudad, roban todo el tiempo, matan a cada rato, todos estamos paranoicos, y es común que un grupo de tres o cuatro chicos sentados en un lugar público sean confundidos con una peligrosa patota.
domingo, 9 de febrero de 2014
miércoles, 29 de enero de 2014
BASTA DE PLANES PARA MI
Esto del Karma me supera, podes creer que cada vez que planeo algo con anticipación, cuidando todos los detalles para que salga pipi-cucu,..... prácate!!!! recibo un ataque furtivo del Olimpo, y a la mierda la organización.
Después de haber vivido en una casa-obra, se fueron juntando cachivaches y restos de obras para descartar, utilicé el servicio del polifacético 147, para coordinar el retiro de "restos de obra", pero nunca se diganron a pasar. Me dejaron con las ganas de hablar maravillas del dichoso numerito..
Decidí entonces "asociarme" con mi hermana y vecina, que sufre de periodos de acumulación y también tenía porquerías que tirar, para pedir un volquete de obra, y sacarnos de encima todo lo que molestaba.
Como me faltaban algunos arreglitos, esperamos para sacar el mejor provecho al armatoste. Cuando ya era suficiente cantidad, fuimos acomodando todo en el pasillo de entrada, que en poco tiempo se convirtió en algo así como un campo traviesa.
Ofrecí a mi amigo el barrendero un trabajito extra para él y un compañero, para cargar el volquete, acordamos hacerlo hoy martes.
Pedí telefonicamente el volquete el día lunes, y tuve que intercambiar algunas palabrotas con la vecina que se empeña en estacionar su auto en la puerta de mi casa, para que despejara el espacio para el contenedor.
El martes ya arrancamos con pie izquierdo, (al mejor estilo Chechu), lluvia imparable, me asome a la puerta pude ver esa enorme palangana metálica llenándose de agua. Al ratito llegan los barrenderos que se encargarían de sacar todo, llovía, pero estaban dispuestos a realizar el trabajo. Bien, la cosa parecía mejorar. Solo había que esperar a que la lluvia cesara.
Y la lluvia cesó y los muchachos empezaron el trabajo, pero en el mismo momento que cargaron la primera bolsa de escombros, comenzó a llover, esta vez de manera intensa, mas bien, un mini diluvio (mi karma dice: nunca planees nada, seguro sale mal) para acelerar la cosa mi hermana y yo ayudamos, empapándonos hasta los huesos.
Como no podía ser de otra manera unos minutos después de haber terminado, no solo dejo de llover, sino que asomaron unos tímidos rayos de sol (me cacho en diez).
Pero la cosa no terminó ahí, durante la tarde pasaron los "pseudo cartoneros", esos tipos que les encanta revolver la basura, desparramarla por todas partes y no llevar nada. De mas esta decirte el desastre que hicieron con mi volquete lleno de porquerías, prácticamente lo vaciaron sobre la vereda.
Sentí que un demonio maligno se apoderaba de mi, mientras puteaba en arameo, sin darme cuenta volví a poner todo en su lugar. Entré a casa hecha una furia, le puse la correa a Simón (mi cachorro de 6 meses, incapaz de asustar a una mosca) y monte guardia durante unas horas en compañía de mi hermana y su perro.
Cada vez que algún muchachote se arrimaba al contenedor con intenciones de hurguetear, lo invitábamos a seguir su camino. Nadie se iba acercar al "precioso botín".
Después de haber vivido en una casa-obra, se fueron juntando cachivaches y restos de obras para descartar, utilicé el servicio del polifacético 147, para coordinar el retiro de "restos de obra", pero nunca se diganron a pasar. Me dejaron con las ganas de hablar maravillas del dichoso numerito..
Decidí entonces "asociarme" con mi hermana y vecina, que sufre de periodos de acumulación y también tenía porquerías que tirar, para pedir un volquete de obra, y sacarnos de encima todo lo que molestaba.
Como me faltaban algunos arreglitos, esperamos para sacar el mejor provecho al armatoste. Cuando ya era suficiente cantidad, fuimos acomodando todo en el pasillo de entrada, que en poco tiempo se convirtió en algo así como un campo traviesa.
Ofrecí a mi amigo el barrendero un trabajito extra para él y un compañero, para cargar el volquete, acordamos hacerlo hoy martes.
Pedí telefonicamente el volquete el día lunes, y tuve que intercambiar algunas palabrotas con la vecina que se empeña en estacionar su auto en la puerta de mi casa, para que despejara el espacio para el contenedor.
El martes ya arrancamos con pie izquierdo, (al mejor estilo Chechu), lluvia imparable, me asome a la puerta pude ver esa enorme palangana metálica llenándose de agua. Al ratito llegan los barrenderos que se encargarían de sacar todo, llovía, pero estaban dispuestos a realizar el trabajo. Bien, la cosa parecía mejorar. Solo había que esperar a que la lluvia cesara.
Y la lluvia cesó y los muchachos empezaron el trabajo, pero en el mismo momento que cargaron la primera bolsa de escombros, comenzó a llover, esta vez de manera intensa, mas bien, un mini diluvio (mi karma dice: nunca planees nada, seguro sale mal) para acelerar la cosa mi hermana y yo ayudamos, empapándonos hasta los huesos.
Como no podía ser de otra manera unos minutos después de haber terminado, no solo dejo de llover, sino que asomaron unos tímidos rayos de sol (me cacho en diez).
Pero la cosa no terminó ahí, durante la tarde pasaron los "pseudo cartoneros", esos tipos que les encanta revolver la basura, desparramarla por todas partes y no llevar nada. De mas esta decirte el desastre que hicieron con mi volquete lleno de porquerías, prácticamente lo vaciaron sobre la vereda.
Sentí que un demonio maligno se apoderaba de mi, mientras puteaba en arameo, sin darme cuenta volví a poner todo en su lugar. Entré a casa hecha una furia, le puse la correa a Simón (mi cachorro de 6 meses, incapaz de asustar a una mosca) y monte guardia durante unas horas en compañía de mi hermana y su perro.
Cada vez que algún muchachote se arrimaba al contenedor con intenciones de hurguetear, lo invitábamos a seguir su camino. Nadie se iba acercar al "precioso botín".
lunes, 20 de enero de 2014
Hola!!! tanto tiempo......
Hace rato que no que tintineo sobre el teclado para postear en mi
viejo y querido blog, no lo abandoné, simplemente mute, probé otras
cosas y me redescubrí.
Estoy aceptando que las chancletas han desplegado sus alas y en sus vuelos ya van solitas, pase a ser de “mami” a “vieja metida” , a la mierda como duele al principio, pero le vi el lado positivo y dije: llego mi tiempo de disfrute personal, así que de a poco voy desempolvando todo lo postergado, todo lo mio y solo mio.
Me di cuenta de que puedo transformar, maquina de coser mediante, un trozo de tela en algo bonito, y como buena escorpiana, explote esa faceta oculta por un maremoto de cosas que se arremolinan en mi pobre cerebro. Las chancletas me animaron a dar a conocer mi nuevo hobby y a pesar de que siempre me moví bajo un manto de “perfil bajo” deje que publicaran fotos Aqui
También descubrí que puedo hacerme cargo de unas cuantas plantas, y adornar mi patio con tonalidades de verdes, sin morir en el intento, así que conseguí macetas las pinte y aun las estoy decorando, como para darle el “toque de Chechu”, mientras selecciono que les pongo dentro. Y con muchas ganas y esfuerzo estoy transformando un simple patio en un rinconcito para "moi".
Deje que otro se ocupe del progreso tecnológico en casa y me puso contenta sentirme una “analfabeta 2.0”, como no se nada, otro tiene que salir corriendo cuando algo falla, me quede con mi viejo celu (por las dudas) y no me preocupa que mi compu me acompañe en este viaje por la madurez y se ponga lenta y perezosa.
Y mientras la compu descansa su siesta yo salgo a dar entusiastas caminatas acompañada por Simón, nuestro nuevo integrante de la familia, un dulce y travieso cachorrón rescatado por una de mis chancletas de un triste final. Si bien mis días están bastante embarullados, de a poco nos vamos entendiendo y disfrutamos nuestro tiempo juntos. Por que yo sabia que el “se puede quedar??” y el “nos vamos a ocupar de él” iban a quedar pronto en el olvido.
Pero a pesar de los cambios, las cosas siguen pasando y si bien al principio enojan o duelen, en cuanto pasan y se suavizan son fáciles de escribir, así que tengo algunas historias para contarte.
Estoy aceptando que las chancletas han desplegado sus alas y en sus vuelos ya van solitas, pase a ser de “mami” a “vieja metida” , a la mierda como duele al principio, pero le vi el lado positivo y dije: llego mi tiempo de disfrute personal, así que de a poco voy desempolvando todo lo postergado, todo lo mio y solo mio.
Me di cuenta de que puedo transformar, maquina de coser mediante, un trozo de tela en algo bonito, y como buena escorpiana, explote esa faceta oculta por un maremoto de cosas que se arremolinan en mi pobre cerebro. Las chancletas me animaron a dar a conocer mi nuevo hobby y a pesar de que siempre me moví bajo un manto de “perfil bajo” deje que publicaran fotos Aqui
También descubrí que puedo hacerme cargo de unas cuantas plantas, y adornar mi patio con tonalidades de verdes, sin morir en el intento, así que conseguí macetas las pinte y aun las estoy decorando, como para darle el “toque de Chechu”, mientras selecciono que les pongo dentro. Y con muchas ganas y esfuerzo estoy transformando un simple patio en un rinconcito para "moi".
Deje que otro se ocupe del progreso tecnológico en casa y me puso contenta sentirme una “analfabeta 2.0”, como no se nada, otro tiene que salir corriendo cuando algo falla, me quede con mi viejo celu (por las dudas) y no me preocupa que mi compu me acompañe en este viaje por la madurez y se ponga lenta y perezosa.
Y mientras la compu descansa su siesta yo salgo a dar entusiastas caminatas acompañada por Simón, nuestro nuevo integrante de la familia, un dulce y travieso cachorrón rescatado por una de mis chancletas de un triste final. Si bien mis días están bastante embarullados, de a poco nos vamos entendiendo y disfrutamos nuestro tiempo juntos. Por que yo sabia que el “se puede quedar??” y el “nos vamos a ocupar de él” iban a quedar pronto en el olvido.
Pero a pesar de los cambios, las cosas siguen pasando y si bien al principio enojan o duelen, en cuanto pasan y se suavizan son fáciles de escribir, así que tengo algunas historias para contarte.
domingo, 4 de agosto de 2013
EL MARIDAJE PERFECTO: BUENOS VINOS, PLATOS GOURMET Y AMIGOS
Otra salida para agendar en el diario del buen vivir.
Hacía mucho tiempo que no sacaba a
ventilar mi osamenta en una noche fría de este invierno raro y
esquivo, pero tomé coraje y sin pensarlo dos veces me deje llevar
por la noble invitación.
Y no era para menos, la vinoteca de
Ivana y Gonzalo “ Rincón de Cuyo” le dio un giro con valor
agregado al deleite de los buenos vinos: cenas gourmet temáticas de
la mano de la chef Miriam Noverasco.
Ya en varias oportunidades mi hermana
me había pedido que la acompañe, pero mi gusto por las comidas es
acotado a una mínima expresión y padezco de una notable cobardía a
incorporar sabores nuevos.
El menú ameritaba cantar presente:
“Noche de sabores yankys”, cuando uno piensa en los americanos
del norte no puede dejar de asociarlos a hamburguesas, papas fritas y
cervezas, pero siempre hay algo mas que sorprende para bien...
La noche comenzó con una recepción,
como siempre relajada y alegre, una copa de bienvenida de mi vino favorito un Viognier de la Finca La Soñada, (ya el nombre lo
dice todo) y mini panchitos con panes caseros. Poco a poco fueron
llegando los comensales, la mayoría de ellos ya se conocían de las
degustaciones anteriores. Y una vez todos reunidos, sin preámbulos
comenzó la cena.
La entrada: Scrambled Eggs, huevos
revueltos con cebolla picada (imperceptible) y trocitos de panceta
sobre una rodaja de pan tostado, al ver esa presentación sentí un
poquito de vergüenza al pensar en mis simplones huevos revueltos
crepitando en la sartén. Este plato fue acompañado de un Syrah “Angela Corado” de la cava Emilio Ferrer, del cual
solo puedo comentar sobre la opinión de los demás comensales:
excelente!!, yo permanecí fiel al Viognier.
El plato principal fue el gran
participante de la noche: American Beef with Potato Tower y acá si
te voy a sorprender ya que la salsa que acompañaba este plato, tenía
como ingrediente principal Coca Cola, (si, la reina de las gaseosas; por fin encontré una buena excusa para tener una botella en la
heladera) mayonesa y mostaza. Una combinación tan extraña como
exquisita, acompañada del Malbec Reserva “Angela
Corado” un vino muy preciado por los presentes, pude notar que varios entrecerraban los ojos a modo de mágico ensueño cuando el
vino danzaba en su paladar.
Y entre charlas, aplausos y sorteos, llegamos al
postre, que como buena golosa, es mi parte preferida de las comidas:
Cupcake de chocolate adornado con un malvavisco y en el corazón una cereza, sobre salsa de chocolate, acompañado de café y una copita de naranchelo, a modo de broche de oro para culminar la noche.
Y como decía mi abuela “pancita llena, corazón contento”, nos fuimos silbando bajito.
Hasta la próxima!!!!
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