No me amargaré por estar mas cerca de los cincuenta que de los cuarenta, me las ingeniaré para planchar mis arruguitas del rostro con un pequeño presupuesto en cremas y lociones, y le permitiré a la gravedad juguetear con mis pesadas curvas como se le antoje, total esa batalla la tengo perdida hace rato.
No me privaré de comer cosas ricas y no saludables, disfrutar de algunas copas de vino blanco bien helado. Seguramente lloraré, me enojaré, gritaré a cuatro vientos, no dejaré de reir (eso jamás), me emocionaré, y tal vez encuentre la manera de esquivar las “piedras en el camino” o quizás sigan siendo “tropiezos con moralejas”. Sorpréndeme 2012!!
Que tengas un maravilloso año.